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De acuerdo con el artículo “Beyond Opioids: How Physical Therapy Can Transform Pain Management te lo Improve Health“, los Fisioterapeutas tienen un importante papel en la educación e información sobre estrategias de gestión del dolor, que no la toma de opioides.

La intervención del Fisioterapeuta va muy más allá de la resolución y controlo de síntomas. Con efecto, es esperado que exista una acción sobre los patrones de movimiento y rutinas del individuo.

 

El papel de los Fisioterapeutas en el tratamiento del dolor y en la prevención del dolor crónico

El dolor ha sido definido como “una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada la lesión potencial al tejido, o descrito en términos de tal lesión”. El dolor agudo surge, típicamente, de repente como resultado de un incidente específico, como cirugía, parto, fractura o trauma. Este tipo de dolor tiene un propósito biológico útil y es autolimitada.

Ya el dolor crónico, por otro lado, no tiene una finalidad biológica, ni inicio y fin reconocible. El dolor crónico puede ser considerada un estado de enfermedad y puede persistir por meses o años. Así, cuando los profesionales de salud trabajan con pacientes con dolor crónico, deben usarse pruebas y medidas para determinar las causas de ese dolor y para evaluar su intensidad, calidad y características físicas. Deben también evaluar los individuos en cuanto a los fatores de riesgo para dolor, de forma a prevenirlos.

Algunos fatores de riesgo son los siguientes:

  • Histórico de enfermedades: condiciones como enfermedad cardiovascular, osteoporosis y enfermedad reumatológica puede afectar la experiencia nociceptiva de un individuo;
  • Fatores cognitivos y psicológicos: trastornos como ansiedad, depresión, miedo y trastorno de stress postraumático pueden ser fatores de riesgo para el desarrollo de dolor crónico;
  • Creencias: creencias negativas en torno a la condición de salud pueden contribuir para el dolor persistente;
  • Estilo de vida sedentario: existe una fuerte asociación entre inmovilidad y dolor – personas que están con sobrepeso u obesos, muchas veces tienen condiciones como dolor lumbar, dolores de cabeza, fibromialgia y dolor pélvica.

Ora, teniendo estos fatores de riesgo en mente, así como que la función y movimiento son objetivos claros, el Fisioterapeuta debe elaborar un programa de tratamiento individualizado que combine las técnicas pertinentes, desde el ejercicio y terapia manual, a la educación:

  • Ejercicio – estudios demuestran que personas que se ejercitan regularmente sienten menos dolor. Por eso, es vital desarrollar, administrar y ajustar, constantemente, las prescripciones y programas de ejercicios para intervenir sobre la capacidad cardiorrespiratoria, fuerza, desequilibrios musculoesqueléticos u otras disfunciones que pueden llevar al dolor.
  • Terapia manual – las técnicas de terapia manual envuelven manipulación de las bisagras y tejidos para modular el dolor, mejorar la movilidad y reducir lo edema e inflamación. Algunas investigaciones han demostrado que la terapia manual es eficaz en la reducción del dolor lumbar, malestar asociado al síndrome del túnel carpico y otras fuentes de dolor.
  • Gestión de stress – intervenciones como atención plena, relajamiento, visualización y exposición gradual a eventos productores de stress puede ayudar los pacientes a reducir el dolor y mejorar sus capacidades funcionales.
  • Higiene del sueño – individuos con dolor persistente frecuentemente se quejan de disturbios del sueño. Ora, la evidencia demuestra que la privación del sueño puede aumentar los niveles de sensibilidad y contribuir para el aumento del stress y del dolor.
  • Educación en neurociencia del dolor: está comprobado que las personas con dolor que no comprenden los mecanismos de la genesis de sus factores de riesgo para su dolor, son más propensos a buscar un tratamiento farmacológico. De esta forma, los Fisioterapeutas deben educar los pacientes sobre la neurociencia del dolor, destacando los procesos envueltos.

 

La Fisioterapia es eficaz en el tratamiento del dolor y en la prevención del dolor crónico

Estudios establecieron la eficacia de la fisioterapia en el tratamiento y prevención del dolor crónico:

  • Dolor lumbar – una revisión de más de 60 ensayos clínicos randomizados que valuaron la intervención con base en el ejercicio para adultos con dolor lumbar descubrió que este abordaje puede disminuir el dolor, mejorar la función y ayudar las personas a volver al trabajo. El American College of Medicine afirma que las “intervenciones no farmacológicas son consideradas de primera línea como opciones terapéuticas en pacientes con dolor lumbar crónica, porque menos lesiones están asociados a esos tipos de terapias, cuando comparadas con opciones farmacológicas”.
  • Antes y tras la cirugía – una revisión de 35 estudios controlados randomizados con un total de casi 3.000 pacientes descubrieron que, en pacientes sometidos a artroplastia total del cuadril, el ejercicio preoperatorio y la educación llevaron las reducciones significativas en el dolor, periodos más cortos de permanencia en el posoperatorio y mejorías en la función.
  • Artritis – estudios mostraron que programas de ejercicios terapéuticos pueden reducir el dolor y mejorar la función física en individuos con osteoartritis de cuadril y rodilla.

 

Mientras eso, investigaciones sobre la eficacia de los opioides en la gestión del dolor a largo plazo, muestran que este abordaje conduce a efectos colaterales indeseados. La evidencia también muestra que el uso de opioides puede disminuir la respuesta natural del cuerpo:

  • Lumbalgia – una revisión de la literatura apunta para que los opioides parecen no acelerar el retorno al trabajo de individuos con lumbalgia, así como parecen no mejorar los resultados funcionales. Por otro lado, hay alguna evidencia del efecto del opioides cómo analgésico de corta duración;
  • Tras la cirugía – investigaciones muestran que, pacientes quirúrgicos a los cuales son prescritos y administrados opioides, corren un mayor riesgo de incurrir en un uso persistente de opioides, siendo esta situación considerada una de las complicaciones más comunes después de la cirugía;
  • Artritis – estudios demostraron que el uso de opioides en el tratamiento de la artritis lleva a un mayor riesgo de fractura y aumento del riesgo de eventos cardiovasculares, hospitalización y mortalidad. El autor de un estudio reciente sobre el uso de opioides para el tratamiento del dolor en pacientes con osteoartritis manifiesta preocupaciones en torno al “potencial de uso indebido, dependencia y aumento de eventos adversos”, incluyendo la muerte. “Evidencias crecientes demuestran poco o ningún beneficio clínicamente significativo de opioides para osteoartritis y dolor, particularmente cuando comparado a otros medicamentos”.
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